El socialismo es solo para buenas personas.

SOCIALISTA: Dícese de aquel que pertenece al partido político con el mismo
nombre... (no hay más que añadir).

El socialista hoy en día no es más que un rastro de lo que antaño fue una idea tan justa como ecuánime. La idea del socialismo provocaba tanto miedo a sus detractores, que sólo pensarla te convertía en objetivo del filo de sus billetes.
Es cierto que todo aquello que contaron Proudhon, Engels o Marx fue un cuento tan bonito como "fabuloso", es decir, sólo se podría llevar a cabo si en vez de humanos fuésemos bonobos, y claro, nuestra raza no está hecha para la igualdad y el reparto equitativo de derechos y deberes.
En el siglo XXI, ser socialista no es ser de izquierdas, Dios les libre, eso les traería problemas a la hora de jubilarse y ocupar un buen cargo en la empresa privatizada de turno. Ser socialista sólo tiene de izquierdas el color rojo que le describe en las encuestas; los socialistas son aquellos que se pasan el día mirando como pasan las cosas sin saber que hacer, si no es aplicando posturas neoliberales.
Son los que hacen lo mismo que la derecha pero más lento, así, como si no se notase. Son los que te apoyan y cuando hay que mojarse son los primeros en desaparecer. Son los que copian mal las ideas de otros y cuando todo se desmorona quitan a uno para poner a otro peor, ya se hará a su cargo, dicen.

Eso es ser socialista. Una palabra tan llena de mierda e hipocresía en los tiempos que corren como democracia, justicia, igualdad o libertad.