LA CULTURA DE BUSH, EL ESTÚPIDO HOMBRE BLANCO QUE LLEGÓ A LA CIMA DEL MUNDO
Pablo Elorduy / Redacción. nz*/ Ilustración
Una reelección, algo que no consiguió su padre a pesar de sus mejores calificaciones. Bush pasará a la historia por encabezar la rebelión del hombre airado.
Si el Tribunal Supremo no hubiera escogido a George W. Bush presidente de EE UU en 2000, la historia del Contragolpe seguramente sólo sería material para profetas alarmados (y alarmistas) y excelsos reportajes fotográficos de El País Semanal acerca de unos sectarios antiaborto en el corazón del imperio. Pero los nueve miembros del Tribunal Supremo declararon presidente al segundo candidato más votado y con ello la historia de la reacción se convirtió en la cabeza de la política y la cultura americana de los últimos ocho años. Hasta que su segunda y más fiera representante, Sarah Palin no pudo superar el arrebatador encanto de un presidente, como dijo Enrique Iglesias, mucho más MTV y cool que el excesivamente elitista McCain.
La evocación de un territorio virgen y arcádico en el que los estadounidenses disparaban a los ciervos desde un truck, comían pollo frito y emitían los gases tóxicos que considerasen necesarios para garantizar el ejercicio de su libertad, forma parte de la ficción recreada por los adalides de la reacción ultraconservadora de los que habla Thomas Frank en su Ensayo ¿Qué pasa con Kansas? Este libro explica unas cuantas razones por las que la población de los estados por los que no hace tanto paseaba el fantasma de Tom Joad –los que representan la llamada América profunda– encontraron en Bush a uno de los suyos, a pesar de que el ex presidente, como sus predecesores, haya trabajado básicamente para salvaguardar el interés de las grandes corporaciones. “Pasar por alto lo económico es una condición previa necesaria para la mayoría de las ideas básicas del Contragolpe”, explica Frank.
Una vez conseguido el objetivo de sacar del debate las cuestiones de clase, queda la cultura, y la cultura, en Estados Unidos, se encontraba amenazada por los progres, por el saxofón de Bill Clinton y las teorías evolucionistas.
¿Eres tú John Wayne?
Con motivo de las manifestaciones contra la invasión de Iraq, George Bush padre declaraba que “nadie puede permitirse que su política nacional sea determinada por cuanta gente se manifiesta en Barcelona”. A raíz de las numerosas manifestaciones de personalidades de Hollywood en contra de la reelección de Bush jr., Kevin Madden, portavoz de su campaña en 2004, declaraba que los votantes “no quieren consejos de artistas sobre seguridad nacional”. Declaraciones de este tipo estaban encaminadas a fortalecer uno de los puntos que auparon a la reelección del que Gore Vidal calificó como el “peor presidente de la historia de Estados Unidos”: la lucha contra lo exótico, es decir, lo extranjero, y la influencia europea. (sigue leyendo)
2.28.2009
El favorito de los palurdos cabreados
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